Hondureños no «escuchan» barreras, los mueve la esperanza de una vida mejor.

Hondureños no «escuchan» barreras, los mueve la esperanza de una vida mejor

La esperanza de una vida mejor sin hambre ni violencia. Hondureños huyen de su país, los mueve la esperanza de una vida mejor. Son inútiles amenazas de Trump. La esperanza y la fe de lograr una vida mejor en suelo norteamericano. No hay barreras que detengan su paso. Ignoran barreras, amenazas, muros sólo quieren vivir en un mundo sin hambre y necesidades.

Trump recrudece sus amenazas en contra de las carvana.
Sólo los mueve la esperanza de una vida mejor.

Ya salió la tercera caravana de al menos un millar de personas. En primer lugar, todos con la esperanza de una vida mejor. Jóvenes, familias enteras con bebés salen del lugar de encuentro, San Pedro Sula rumbo a Estados Unidos. Muy temprano, el encuentro de la noche y el día siguiente. Ese momento es testigo de lo que vive la estación de San Pedro Sula. La ansiedad, el sueño, el miedo latiendo en las miles de almas que allí se reunen. Cada uno lleva en sus mochilas lo básico para poder subsistir en la travesía más importante de su vida.

Todo empezó poco a poco. Desde la primera caravana. Las personas  van llegando de gota a gota. Luego se  convierten en un río desbocado de sueños y nuevos rumbos. La estación de San Pedro Sula los alberga. Los ve partir a las cinco de la mañana. Vienen de todas partes, Choluteca, La Ceiba, Santa Bárbara o Cólon; una sola intención, irse a otro país con la esperanza de una vida mejor.

Cada caravana lleva más fuerza que la anterior

Esta caravana viene con jóvenes, ancianos, familias completas, campesinos, amas de casa. Impresionante la avanzada de gente que con sólo 20 dólares en su poder acuden al llamado de una vida mejor. Facebook fue el medio comunicacional que llegó a todos y luego de boca a boca regó la idea por los barrios más pobres del país. Esta caravana lleva, aún más fuerza,que las anteriores. Va decidida abrirse paso, sin escuchar barreras amenazantes que los detenga.

«Quiero llegar a Estados Unidos y pedir asilo. Ya me moví una vez de casa y de ciudad porque no quiero trabajar para las pandillas, pero ya no tengo opciones. Han vuelto por mi», es el grito de auxilio de Ricardo Alejandro, de 18 años, de la ciudad de Olancho. Honduras no comprende a sus pueblo, cree que todo este movimiento es una moda, que afecta la imagen del país. Al contrario, para el pueblo es cuestión de vida o muerte.

Cada caravana en Honduras lleva más fuerza que la anterior.
Hondureños salen de su país bajo el canto de su himno y el manto de la lluvia.

Al salir las caravanas se encomiendan a su himno. El himno nacional se ha vuelto la canción de despedida del pueblo y la lluvia borra sus huellas par evitar el triste retorno. A pesar de irse del país de origen diciendo «Que aqui no se puede vivir»; el pueblo se despide entonando las letras que hablan de un «lugar luminoso de suelo bendito». Aún así la realidad es otra. César Maldonado es un obrero de 30 años de Villanueva, lo encontramos en el terminal de bus, confiesa con tristeza: «Honduras esta hecha mierda y esta en el piso. No hay trabajo, ni futuro y vivimos aterrorizados con la delincuencia y con la ansiedad de dar de comer a nuestros hijos».

La dimensión de este problema se escapa de las manos de las autoridades

En realidad, la dimensión de este fenómeno es incalculable. En casa de los Maldonados no quedó nadie, todos se van. Ocho adultos y diez niños emprenden un aventura con un final desconocido.  Los anima el éxito que dicen que tuvo la primera caravana. Maldonado asegura que 200 lempiras al día no sirven ni para comer.

Unas 1500 personas inician la marcha. Al alba por la carretera de la esperanza. La caravana coordinada por las redes. Nadie sabía acerca de esta última. Sólo Trump llena de amenazas a Guatemala, Honduras y El Salvador diciendole que cortará las ayudas económicas a esas regiones.

Trump amenaza con desesperación

Trump tuitea con desesperación que sólo con el muro se acabará el problema. Su estigma es la política interna que no lo apoya para tal fin. Los gobiernos de los países centroamericanos multiplican los mensajes de nacionalismo por radio y televisión. La idea es  disuadir al pueblo a que migren del país. Les advierte que es una aventura llena de peligros y desafueros. El embajador de México a advierte que el primer hondureño que ingresó a EEUU en la primera caravana será atendido por el gobierno estadounidense en Marzo y el 97%  de los que lleguen serán deportados. Segun la embajada de Honduras en México de los 2500 hondureños que contínuan en México sólo el 3% tiene posibilidad de lograr el asilo.

El balance de las personas que han llegado arroja que de los 13000 hondureños que han llegado, unos 7200 han tenido que regresar. Once han muerto en distintos accidentes. Sin embargo con estas notas, sigue siendo difícil frenar la salida convulsiva de los pobres de los paises del fenómeno social existente. Del mismo modo, persiguen a los organizadores de las caravanas, pero es casi imposible evitar las concentraciones de los viajeros. Recordemos el acuerdo del Triángulo Norte entre los países con el problema donde se permite el libre tránsito entre sus fronteras.

Los esfuerzos  de las autoridades hondureñas se centran en los jóvenes. Son los que corren más peligro. Carla es una jóven de 15 años,dice estar cansada de ganar tan poquito. «Me fui sin permiso pero quiero aprovechar para decirle a mi mami que esté tranquila y que no me va apasar nada». -¿ Qué es lo que más temes del viaje?. – ¡Qué me violen!, responde. Después de unos segundos de silencio, añade: -» ¡Cómo en Honduras, pues!».