El Paso no quiere ver ni en pintura a Donald Trump

El Paso no quiere ver ni en pintura a Donald Trump

Luego de los tiroteos en Estados Unidos, especificamente en El Paso. Los habitantes del lugar se resisten a darle la bienvenida. Aún en duelo, la ciudad resiente el lenguaje despreciativo y violento del presidente. Además, el atentado racista del sábado origina las críticas más severas entre los vecinos y buena parte de los políticos locales.

Aún el dolor esta latente en El paso que no quiere ver a Donald Trump
Aún el dolor esta latente en El paso que no quiere ver a Donald Trump

El Paso no  quiere ver a Trump

El Paso aún no sale del terror de ese terrible día. Todo quedó grabado en la valla. No, en la que separa a unos kilómetros más al Sur a EE UU de México. Sino en la que separa a los paseños del horror. La valla que recuerda un siniestro mirador, dirigido al hipermercado Walmart. Allí sucedió todo. El pasado sábado, Patrick Crusius, de apenas 21 años, demostró que los discursos de los políticos, los jóvenes si los escuchan. Y que es importante saber decir las cosas. Es así como ese jóven cometió el mayor crimen racista contra hispanos de la historia moderna de Estados Unidos.

De manera improvisada, los habitantes de El Paso, tienen un memorial a las víctimas. Los vecinos peregrinan hasta allí y le rinden tributo. La Valla está llena de cruces, banderas de EE UU y México, flores y dedicatorias. Destaca en la valla, una cartulina verde con un mensaje directo al gobernante estadounidense:«Señor Trump, ya no más actos de racismo, actos de odio, actos de terrorismo. Somos un país hispano y no se vale tanto odio para los mexicanos. Somos tres niñas, ciudadanas americanas. Nuestros padres son mexicanos y ya tenemos miedo de salir. Esperamos lea este sentir. Dios lo bendiga».

La matanza fue el resultado de su discurso

 El chico Crusius, había colocado un manifiesto racista en un foro de Internet. A pocos minutos irrumpió a tiros en el Walmart de esa localidad. Sus palabras indicaban que lo que se disponía a cometer era una respuesta a la «invasión» hispana de Texas. Es de todos sabido, que la palabras invasión la utiliza el presidente para referirse a la inmigración hispana en todos sus mitines y declaraciones públicas. Además, de en 2.200 anuncios de campaña pagados en Facebook. Siempre se ha referido a los hispanos que cruzan a diario la fri¡ontera como «criminales» y «violadores». Cabe destacar, uno de los mitines en Florida, el pasado mes de mayo, cuando hablaba de la inmigración hispana, preguntó: ¿Cómo paras a esa gente?. A lo que uno del público contestó: «¡Disparémosles!». El presidente se solo se rió.
El alcalde de la ciudad, Dee Margo, dió la noticia, en rueda de prensa. Poco entusiasta, declaró:«Quiero aclarar, por las connotaciones políticas, que esto es el cargo del alcalde de El Paso dando la bienvenida de manera oficial al cargo de presidente de Estados Unidos,  lo cual considero qu es mi deber formal».
Mientras, Beto O´Rourke, el candidato a las primarias del Partido Demócrata, nacido en la ciudad, comentó: «Este presidente, que ha ayudado a crear el odio que hizo posible la tragedia del sábado, no debería venir a El Paso. No necesitamos más división. Necesitamos curar las heridas. Él no tiene sitio aquí», escribió en Twitter, al conocer los planes de Trump.
El candidato fue uno de los que se unió a los centenares de vecinos que velaban el lunes por la memoria de las víctimas en la valla.  También estuvo con ellos Mary Gonzalez, representante de El Paso en la Cámara legislativa estadal y comentó: «Como representante, mi primera misión  es curar las heridas de la comunidad, y la visita interrumpiria ese proceso».
El discurso de odio dió como resultado una masacre
El discurso de odio dió como resultado una masacre

El mandatario «minimizó» su culpa

La Casa Blanca confirma la visita del mandatario a El Paso y Dayton (Ohio), donde 13 horas más tarde de la matanza en el Walmart, otro individuo mató a 9 personas. La consejera Kellyanne Conway explicó que la visita trata de a yudar a cicatrizar las heridas en las comunidades. Asi es como, se reunirá con heridos, con los familiares. Hasta con las fuerzas de seguridad y los profesionales médicos. Por consiguiente, dará las gracias a los servicios de emergencia.

Dos días después de la masacre en El Paso se referió a ella en Twitter como un «problema de salud mental». También,  se dirigió a la nación y por primera vez habla del tono racista de la matanza. Asi es como dijo:«Con una voz, nuestro país debe condenar el racismo,la intolerancia y el supremacismo blanco». Además, comentó: «Estas ideologías siniestras deben ser derrotadas. El odio no tiene lugar en Estados Unidos. El odio deforma la mente. devasta el corazón y devora el alma». No obstante, Trump jamás mencionó a la población hispana.

Sin palabras de consuelo, volverá al El Paso

El presidente de la nación del norte, jamás ha dado palabras de consuelo para la población hispana. Silvia Ortiz vecina de El Paso comenta con profundo desdén:«No nos conoce, no sabe nada de nosotros. No tiene derecho a llamarnos asesinos y violadores solo por el  color de nuestra piel. Odio llamarle presidente. respeto su cargo, porque la gente le ha votado. Pero no aqui en El Paso».

El pasado febrero Trump visitó El Paso. Con miras a ganar adeptos en la construcción del muro. Su visita fue bien recibida. En ese momento, decía que gracias al muro construído entre 2008 y 2010 los crímenes en esa ciudad habían disminuído. También dijo que era una de las ciudades más segura de todo el país. Lamentablemente, le demostraron que no lo era y no por culpa de los inmigrantes sino de la supuesta supremacía blanca.