El cinetista Carlos Cruz-Diez, venezolano ejemplar, muere a los 95 años
Vivió en París sus últimas décadas. Representante de la escuela de cinetismo, Carlos Cruz-Diez, fue un ícono de su estilo. Falleció este sábado en París. Nació en 1923 en la ciudad de Caracas. Innovador, moderno por demás. Vanguardista en la investigación y comprensión del fenómeno cromático.
Cinetista, amante del color y el movimiento, Carlos Cruz Diez
Carlos Cruz-Diez, venezolano ejemplar
Carlos Cruz Diez deja un legado de gran importancia en el mundo de las artes. Diferentes colecciones permanentes en diferentes museos como: Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMa), la Tate Modern de Londres, el Musée d’Art Moderne de la Ville y Centre Pompidou en París, Wallraf-Richard Museum de Colonia y el Museum of Fine Arts de Houston. En este último museo, inauguró su gran exposición retrospectiva, en 2011, nombrada como «Carlos Cruz-Diez. Color e¡in Space and Time».
La familia comunicó al mundo, a través de las páginas web y en redes sociales. Resulta una pérdida irreparable para el mundo. Los homenajes póstumos serán realizados en «estricta intimidad».
Caracas mantiene su legado
Caracas mantiene intacta su huella. La capital de Venezuela lo mantiene presente. Su presencia en la nación petrolera lo trasciende. Aunque la crisis afecte en algunos casos su mantenimiento. La Cromointerferencia de color aditivo del suelo del aeropuerto internacional Simón Bolívar, con sus mosaicos destruídos o despegados. Tan identificable que resulta una firma autentica de su obra. La selfie obligada del que sufre porque va a emigrar a otro suelo.
El artista impulso su obra y movimiento cinético venezolano. Lleva la batuta de esta escuela Hispanoamericana. Otros artistas como Jesús Soto, Alejandro Otero y Juvenal Ravelo lo acompañaron en este amor de colores y movimiento. Los críticos ya lo destacaban y comentaban sobre su propuesta artística. Al estudiarlo, descubrieron los comportamientos del color y en su web oficial agregan » su discurso plástico (…) gravita alrededor del fenómeno cromático concebido como una realidad autónoma que evoluciona en el espacio y en el tiempo, sin ayuda de la forma ni del soporte, en un presente continuo».
Su vida se realizó como el color que lo inspiró, lleno de movimiento
El artista vivió discretamente. Publicó sus memorias en «Vivir en Arte, recuerdos de lo que me acuerdo». Sus padres, especifiamente su padre, lo mantuvo en contacto directo con la literatura, el arte, la música y el teatro. Su padre poeta, lo llevó a un mundo de sueños y fantasías, y el anduvó en él gracias a el dibujo. Encontró en el lápiz, los lápices de colores y el dibujo su mundo. Entra en la Escuela de Artes Plásticas y Artes Aplicadas de Caracas, termina en 1945 como profesor de artes manuales y aplicadas.
Trabajó como ilustrador del periódico El Nacional. También en las revistas Élite y La Esfera. Viaja a París entre 1855 y 1956, para actualizarse sobre el color. Ya a su regresó a Caracas, monta un estudio propio exclusivo para las artes gráficas y el diseño industrial. Prosigue su preparación y ahora se dirige al campo de la fenomenología del color.
Enseñó, color y movimiento en la Francia que lo recibió
Profesor de Artes Plásticas en la Escuela de Comunicación Social de la Universidad Central de Venezuela (UCV). También dirigió la Cátedra de Investigaciones Cinéticas de la escuela Superior Nacional de Bellas Artes.
Hombre de gran éxito, nacional e internacional. Fue en 1959 cuando creó su primera obra de efectos visuales, con combinaciones de color sobre un plano único. Pasan meses y decide instalarse en París. Allí desarrolla gran parte de su obra y trayectoria profesional. La nacionalidad francesa le es concedida en 2008. París siente su pérdida. Romain Nadal, embajador de Francia en Venezuela, comenta con pesar y duelo: «Fue un venezolano universal cuyas obras forman parte del paísaje urbanístico de muchas ciudades».
