Solo el decoro y los buenos modales permiten para subir al avión.

Solo el decoro y los buenos modales permiten para subir al avión.

Las condiciones para subir al avión que te llevará a tu destino son muy estrictas. Aunque no lo parezca, al comprar un pasaje de avión, firmas un contrato llenos de condiciones que velan por tu seguridad y los de la aerolínea. La política de admisión de viajeros no  permite borrachos, malhablados, ni mal vestidos que suban al avión.

El decoro y los buenos modales evitan las ofensas a terceros.
El decoro y los buenos modales evitan las ofensas a terceros.

Las reglas de decoro y buenos modales permiten subir al avión

Las aerolíneas  establecen sus propios términos de admisión de viajeros. Asi es como el comandante tiene la batuta a la hora de decidir.

Casos como el de «Jorge», que fue expulsado de un avión en 2013 por hacerle notar a una azafata que le había hablado de mala manera. Tambíen le sucedió a «Lorena» la dejaron en tierra porque la aerolínea no aceptó el certificado médico que aseguraba que podía volar pese a su avanzado estado de embarazo. Estas historias simples, y con nombres cambiados son muy reales.  Los derechos de admisión son  manejados por las líneas aéreas. Difieren en que los usuarios, poco leen las condiciones del contrato que aceptan al comprar un boleto de avión. Por ejemplo, un borracho, un individuo con actitud grosera o quien este vestido indebidamente se puede quedar en tierra sin derecho a compensaciones. Al pasajero solo le corresponde el derecho a reclamar.

Miguel Ángel Serrano del equipo juridico de Facua, expone: «Se trata de contratos de adhesión donde el consumidor no tiene poder de negociación». La asociación de consumidores se encargo de un reclamo contra Vueling. Después de que a una jovencita granadina, Laura C, no la dejaran volar por la ropa que llevaba, no coincidieron en que si era un body o un bañador. Los encargados solo le pidieron cubrirse un poco más. El hecho fue noticia, pasajeros de acuerdo con la chica, le daban la razón, otro apoyaron a la línea. En total, todo quedó grabado, llegó a las redes y se sirvió el show en bandeja de plata.

Si  representas un riesgo para la línea, te desembarcan

Serrano defiende a la chica y argumenta que la aerolínea no decide como deben ir las personas vestidas, siempre y cuando no irrespeten  el orden público. Almudena Velázquez, abogada de la plataforma Reclamador, alega que ninguna compañia aérea tiene estipulado denegar el embarque por la vestimenta. Y según lo indicado, la chica no ofendía al resto de los pasajeros.

Por su parte, la línea aérea se defiende, que el asunto que encendió la mecha no fue la ropa. La manera como la chica respondió al personal fue la causa de la situación extrema. Es decir: representaba un riesgo potencial para la seguridad de los tripulantes, los pasajeros y ella misma.

Esta claro que los riesgos de seguridad representan uno de los tres «motivos razonables». Además, los de salud y los de documentos de viajes no válidos. «El reglamento contempla como causa de denegación el overbooking, que haya más pasajeros que asientos, el resto son políticas de las compañías», detalla Velázquez.

Cada línea tiene sus prioridades y excepciones

Es así como, cada aerolínea diseña su fórmula, y coloca al comandante como la máxima autoridad en estas situaciones. Con la absoluta potestad hasta de desviar un vuelo para bajar a un pasajero que tenga una conducta inapropiada, resume Leoner Amador de los Ríos, de la dirección letrada de Jurídica Aérea.  Es así como Esasy Jet incluye riesgos de bombas al igual que Ryanair.  Por supuesto, la línea se reserva el derecho de cancelar vuelos posteriores que formen parte del itinerario del pasajero expulsado.

Ryanair, por ejemplo, decide sobre el derecho de expulsar hasta a los pasajeros que hayan fumado. También  a quien  lo haya intentado en vuelos anteriores, o que hayan bebido o consumido drogas.  Las líneas aéreas KLM e Iberia tienen que ver con los anteriores más los que deben consumir determinada medicación. Argumenta que pueden generar incomodidad, peligro o riesgo para sí mismo, a otros pasajeros, a la tripulación o los bienes.

 Reclama solo al quedarte en tierra

Luego de ser expulsados solo les queda el derecho de reclamar. Por supuesto, y el derecho de una indemnización, si es posible. Laura C  presentó su reclamo y llegará hasta las autoridades de consumo de Baleares. “Esta última reclamación no es obligatoria y solo puede conseguir que se sancione a la aerolínea; si también se quiere una indemnización [y la aerolínea no accede con la simple reclamación], hay que presentar una solicitud de arbitraje o una demanda ante los tribunales” explica Velásquez. Otra opción es dirigirse a la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (Aesa). Sus resoluciones no son vinculantes pero si ayudan al pasajero en su demanda. Además, es bueno que el organismo esté al tanto de las demandas. Así pueden ir creando precedentes y  acabar sancionándolas en beneficio de todos los consumidores, según se expresa Serrano.

A falta de denuncias, las líneas están absueltas

El consejero delegado de la plataforma Compensador, Pablo Ruiz, considera puede reclamar por daños patrimoniales y morales por haberse quedado en el aeropuerto. Pero el papeleo es peor que la molestia de ir a cobrar 250 y 600 euros.

Amador de los Ríos expone que la mayoría de los afectados no denuncia ante tanta traba  de las aerolíneas a compensar la afrenta.  En el caso de Jorge y Lorena llevaron sus casos a tribunales y ganaron. El caso de Laura C está por ver, tiene todas las de ganar porque lo vieron por todas las redes. Antes estos asuntos pasaban por alto , ahora no, el consumidor exige que se le respeten sus derechos.