Hoy se conocerá el futuro de Sanvicente

La noche del martes fue tensa en el Hotel Eurobuilding de Barinas, lugar de concentración de la selección nacional. Noel Sanvicente, hastiado de todo, llevaba en mente renunciar y dejar el cargo, porque, como el mismo lo dijo, “lo intento todo y no sale nada”.

Un testigo comentó que se dirigió a Laureano González con la idea de marcharse. El presidente de la FVF solicitaría una reunión, con el directorio de la Federación, para discutir su situación.

Ya con todas las partes habiendo colocado su cabeza en una almohada y con menos amargura por los resultados, se reunirán hoy a las 3:00 p. m.  En Sabana Grande, aseguran que está complicada la continuidad del guayanés.

Ciclo tormentoso

El arranque de la era Sanvicente fue complicado: cambiar una idea de juego pragmática que tuvo picos altos y buenos resultados, por una ofensiva que le había dado éxito en clubes. Con partidos en el extranjero, el ciclo arrancó con muchos titubeos.

Apenas en 2015 fue cuando pudo jugar de local y sin los jugadores del patio. Le tocó prácticamente preparar la Copa América de Chile con poco contacto con sus piezas y fuera del país. Los futbolistas no se terminaban de acercar.

En la concentración hacia la Copa, ocurrió un temblor: Rafael Esquivel fue detenido en Suiza. Premios, logística y viáticos quedaron en el aire. Aunado a eso, la situación del país empezaba a empeorar a ritmo acelerado.

Venezuela no se vio mal en la cita de Chile, pero la eliminación en primera ronda no era, precisamente, una vitrina buena. Previo, Sanvicente declaró: “Cambio la Copa América por ir a Rusia 2018”. Fue esclavo de sus palabras.

Con jugadores que iban de salida, más otros descontentos, tocaba arrancar la eliminatoria. El caso más llamativo fue el de Juan Arango, que paulatinamente debía pasar al banco. El cisma ocurrió en los amistosos de septiembre ante Honduras y Panamá, cuando renunció el “18”. Aparte, esas derrotas, con lo mejor de la cosecha local, generaron mucho ruido.

Roces

Desde Chile se generaba un rumor de descontento de los jugadores con la Federación. Falta de viáticos, diferencias con los premios y otras cosas, más la relación del técnico con sus efectivos, que no terminaban de congeniar, hicieron el ambiente pesado.

Las dos primeras doble fechas del premundial fueron amargas derrotas. Ecuador parecía el fin del ciclo, pero Sanvicente decidió extenderlo. “Parezco el rey de los regalos”, sentenció ante los errores infantiles de sus jugadores, que encarrilaban los partidos para el rival.

Para colmo, Laureano González, presidente de la FVF, criticó públicamente a los jugadores por su rendimiento. Esto sirvió a un grupo de 15 vinotintos para firmar una carta exigiendo la renuncia de la directiva, pero que también salpicó a “Chita”. Antes, el defensa Fernando Amorebieta había anunciado su renuncia, Andrés Túñez se distanció de la selección, mientras que Dani Hernández estaba alejado desde la Copa América.

Fueron cinco meses largos

Sanvicente viajó a Europa para dialogar con los capitanes e intentar aplacar el conflicto. Hubo tensión sobre quién vendría y quién no. Fue una guerra civil fría dentro del seno de la Vinotinto.

Como plan “B”, Sanvicente pensaba en la generación de relevo. “Juanpi” Añor y Rómulo Otero debían debutar anticipadamente, debido a un cambio generacional inminente. Seis de esos quince fueron a Lima a reanudar la eliminatoria. Con caras nuevas, se vio una mejor imagen, aunque Perú empató el partido gracias a un enésimo error tonto.

En Barinas, era la moneda al aire, el matar o morir. Venezuela empezó bien, manejó a un Chile necesitado. Pero despistes graves consecutivos hilvanaron una paliza 1-4 que dejaba a “Chita” sin nada para sostenerse. La humillación sentenció el viaje a Rusia.

En la FVF se habla del fin de un ciclo y hoy deberían darse luces sobre la continuidad del guayanés o no. La tormenta arrastró a Sanvicente, pero enderezar el entuerto de la selección, pacificarla y empezar una nueva revolución es la tarea inmediata, algo que pareciera será con otro conductor.