¿Qué es el ICAN? Y porque gano el premio Nobel de la Paz

La Campaña Internacional para Abolir las Armas Nucleares,  (ICAN, en inglés)  es una campaña amplia e inclusiva, que surge de la necesidad, urgencia y factibilidad de la abolición de armas nucleares y que se centra en la movilización de la sociedad civil en lo que respecta al objetivo específico de negociar un tratado global para abolirlas. La estructura internacional de ICAN consiste en Organizaciones Socias, un Grupo Directivo Internacional y un Equipo de Colaboradores Internacional. Este último facilita el trabajo de las Organizaciones Socias y está supervisado y guiado por el Grupo Directivo Internacional.

La organización recibe el premio por su trabajo para llamar la atención sobre las consecuencias humanitarias catastróficas del uso de armas nucleares y por sus esfuerzos pioneros para lograr un tratado de prohibición de esas armas, informa la presidente del Comité Noruego del Nobel, Berit Reiss-Andersen.

Más de 70 años después de las bombas atómicas estadounidenses lanzadas sobre las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki, este galardón coincide con un momento de plena escalada de tensión nuclear, ya que a escasas dos semanas, Corea del Norte subrayó su intención de acelerar su programa nuclear tras las últimas sanciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CSNU).

La organización, que cuenta con un presupuesto anual de 1,2 millones de francos suizos (1,2 millones de dólares), funciona gracias a las ayudas financieras aportadas por varios gobiernos, como los de Noruega, Suiza, Holanda, Alemania o la Santa Sede (el Vaticano), así como por donantes privados, la Unión Europea (UE) y otras fundaciones.

La ICAN recibirá el premio que consiste en una medalla de oro, un diploma y un cheque de nueve millones de coronas suecas (1,1 millones de dólares) durante una ceremonia que se celebrará en Oslo el 10 de diciembre.

Tras el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, premiado el año pasado por sus esfuerzos para devolver la paz a Colombia, mediante los diálogos con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), este año la lucha antinuclear recibe el galardón, sólo un día después de que el presidente de EE.UU., Donald Trump advirtiera que estudia romper el acuerdo nuclear alcanzado entre Irán y el Grupo 5+1 (EE.UU., Francia, El Reino Unido, Rusia, China, más Alemania) en julio de 2015.

En este contexto, entre los favoritos a recibir el referido premio se barajaba los nombres de principales negociadores del Plan Integral de Acción Conjunta (JCPOA, por sus siglas en inglés), es decir, el canciller iraní, Mohamad Yavad Zarif, y la jefa de la Diplomacia europea, Federica Mogherini, además de papa Francisco.

“La organización recibe el premio por su trabajo para llamar la atención sobre las consecuencias humanitarias catastróficas del uso de armas nucleares y por sus esfuerzos pioneros para lograr un tratado de prohibición de esas armas”, ha manifestado la presidente del Comité Noruego del Nobel, Berit Reiss-Andersen.

Reiss-Andersen ha hecho estas declaraciones en Oslo, capital noruega, tras anunciar este viernes como ganadora del Premio Nobel de la Paz de 2017 a ICAN.

Diez años de lucha

La campaña nació en 2007 y ahora sus actividades se desarrollan en más de 60 países. Es un movimiento amplio e inclusivo, que «surge de la necesidad, urgencia y factibilidad de la abolición de armas nucleares y que se centra en la movilización de la sociedad civil en lo que respecta al objetivo específico de negociar un tratado global para abolirlas».

 

La directora ejecutiva de la ICAN, Beatrice Fihn, consideró hoy «un gran honor» haber recibido el premio y afirmó que el galardón es «un mensaje muy fuerte a los estados de que deben sumarse y abandonar las armas nucleares».

«Estamos en un momento crucial, el riesgo de guerra nuclear está otra vez en la agenda, con la posibilidad de asesinar a civiles de forma discriminada, con amenazas por parte de Estados Unidos y de Corea del Norte . Esto debe acabar y el premio respalda esa posición», dijo Fihn.

La directora de la coalición integrada por 468 organizaciones no gubernamentales de un centenar de países que opera en todo el mundo y que tiene su sede central en Ginebra subrayó que es «inaceptable que aún haya países que tengan y que amenacen con usar las armas nucleares», y juzgó que el premio «además de un gran honor, es un mensaje muy fuerte a los estados de que deben sumarse y abandonar las armas nucleares».