Lluvias en Pakistán siguen cobrando vidas: el número de muertos se elevó a 92
El número de muertos por las fuertes lluvias que han azotado el noroeste de Pakistán desde el fin de semana aumentó hoy a 92, mientras los equipos de rescate tratan de auxiliar a miles de afectados, informaron a Efe fuentes oficiales.
La provincia de Khyber Pakhtunkhwa fue la más golpeada por las precipitaciones con 65 muertos, 61 heridos y 233 casas destruidas, dijo el portavoz de la Autoridad de Gestión de Desastres regional Latif ur Rehman.
El portavoz indicó que 23 personas continúan atrapadas desde hace dos días bajo los escombros de ocho viviendas y que los equipos de rescate trabajan para auxiliarlos, a pesar de las pocas esperanzas de hallarlos con vida.
Rehman afirmó que un helicóptero, maquinaria pesada y un centenar de personas trabajan en la operación de rescate en su provincia, donde la lluvia ha parado, lo que ha facilitado la distribución de ayuda a los afectados.
En la vecina región de Gilgit Baltistan murieron 15 personas y siete resultaron heridas a causa del derrumbe de techos de viviendas, dijo a Efe el portavoz de la autoridad de gestión de desastres provincial Zubair Ahmed.
El portavoz señaló que siete distritos se encuentran aislados por el corte de carreteras, entre ellas la autopista Karakoram que une la provincia con el resto del país.
Las autoridades trabajan para reabrir las carreteras, pero no esperan que sea posible hasta el domingo.
Por su parte, en la Cachemira paquistaní al menos 12 personas fallecieron y nueve resultaron heridas por las lluvias a causa de derrumbes de viviendas y deslizamientos de tierra, indicó el por portavoz de la autoridad de gestión de desastres provincial Farhan Ahmed.
La fuente señaló que las lluvias han parado en la mayor parte de la región, pero continúan en algunas zonas.
Las lluvias dejan cada año importantes daños personales y materiales en los países del sur de Asia, especialmente durante el periodo del monzón entre junio y septiembre.
Las peores inundaciones de la historia paquistaní ocurrieron en 2010 tras un monzón extraordinariamente intenso y un deshielo estival también especialmente abundante, que causó 2.000 muertos y más de 20 millones de damnificados.