Jorge Gordillo: «Lo anormal es el odio»

Oriundo de San Cristóbal y formado como comunicador social en la Universidad de Los Andes, lleva 12 de sus 33 años dedicado a las tablas. Sin saber quién era García Lorca, vio un día La casa de Bernarda Alba; la energía de una amiga en escena se le grabó en la memoria. Su primer acercamiento fue en un festival de teatro fronterizo, desde entonces no ha parado de actuar. Formando bajo la guía de buenos directores, con la lectura acuciosa de grandes autores y viendo mucho teatro, hoy suma más de 15 montajes.

Su más reciente apuesta fue Escena Servida, texto de su autoría que obtuvo el premio de Dramaturgia Destacada en la 11ava. edición de Microteatro Venezuela. Entre el drama y la comedia, la obra cuenta la historia de un homosexual invitado a una cena para ser sometido a un incómodo interrogatorio por parte de unos padres aterrados ante las dudas de la orientación sexual de su hijo.

Vittorio Gassman, mito de la escena italiana, dijo que «la mejor cualidad para un actor es ser mercurial», adaptarse a la temperatura del momento.

-En tu caso, ¿cómo te afectan las reacciones del público?

-Si siento la desconexión de la audiencia debo aumentar mi energía para no irme al suelo, y allí hay un esfuerzo. O lo contrario, el entusiasmo y la empatía son una batería alterna para recargarme.

-¿Qué es lo que más disfrutas cuando estás sobre el escenario?

-Antes decía, como lugar común, que era vivir la vida de otros, ahora pienso que es precisamente estar atento, vivir mi vida allí, mis emociones y las del público antes, durante y después de la pieza.

-¿Cuáles obras dramáticas te han impactado?

-Se han quedado conmigo hasta hoy Actos indecentes, de Moisés Kaufman; Paria, de Diana Peñalver; El hombre más aburrido del mundo, de Gustavo Ott, y Machete caníbal, de Francisco Denis.

-¿Cómo surgen tus historias?

-De los momentos de atención y dispersión. Cuando estoy atento, algo me atrae al punto que veo que ese tema, imagen o situación puede ser una historia. Y en la dispersión, cuando del choque de tantas ideas en mi cabeza surge una combinación que me atrae.

-En el caso de Escena servida, ¿qué te motivó a escribirla?

-Nació como un ejercicio dramático sobre la aceptación de la homosexualidad. Luego agarró forma al incluir las burlas e irrespetos que sufren los homosexuales, las preguntas típicas que les hacen y el trauma por la falta de apoyo de los padres.

-¿Por qué consideras importante abordar estos temas en el teatro?

-La homofobia es un monstruo que ha causado tragedias personales y colectivas, y es necesario hablar de esos temas sin dar sermones o vomitar moralidad, sino escribiendo historias que generen empatía, como decía Roger Ebert en relación al cine. También para que un chico gay entienda que su realidad no es una pesadilla, que es normal, y que lo anormal es el odio.

-¿Qué puedes comentarnos de ese proceso de entregar tu texto a otro para que lo hiciera una realidad?

-Con Escena servida fue la primera vez, y confié porque el director, Vittorio Marson, que también es coreógrafo, me dio clases y conocía su trabajo, su disciplina. Él dio con la sensibilidad y el ritmo adecuados para la historia.

-¿De los talentos de la actualidad, ¿cuáles consideras promisorios?

-En dirección, al mismo Vittorio Marson, a Fernando Azpurua; en dramaturgia a Karin Valecillos, aunque ella ocupa ya un lugar gracias a su trayectoria; en la actuación a Valentina Garrido, Stephanie Cardona y Nathalie Tablante, por mencionar algunos.

-¿Cómo ves la movida teatral de hoy?

-Soy testigo del trabajo de los que se han quedado, he visto como aún hay ilusión por seguir haciendo cosas buenas o que al menos entretengan a pesar de todo lo que nos ha pasado y nos pasa en el país.

-¿Y la evolución del formato microteatro en Venezuela?

-Lo comparo con los cortometrajes en el cine, tienen un sitial que no se desmerece por su poca duración. Como actor y escritor puedo decir que el microteatro es y puede seguir siendo una institución de formación y entrenamiento creativo para ofrecer en esos 15 minutos repetidos tantas veces, una historia conclusiva y no un mero sketch, o una actuación convincente y fresca y no automática y fría.

-¿Qué planes tienes?

Hace dos años fui preseleccionado con un guion que coescribí para el Laboratorio Internacional de Guionistas del Instituto Sundance, seguimos en su reescritura y estimamos en 2018 comenzar la preproducción. En teatro estoy trabajando en una obra inspirada en el libro de Roland Barthes, Fragmentos de un Discurso Amoroso, para el primer trimestre del año que viene.

-En escena

-En 2005 actúa por primera vez en la obra La Posadera, de Carlos Goldoni.
-Un Tal Ezequiel Zamora (2010), de Cesar Rengifo, fue su primera actuación en Caracas.
-En 2012 forma parte de Clap, el Musical, dirigido por Cesar Sierra.
-Actualmente estudia poesía y tragedia griega bajo la tutela de Armando Rojas.
-Hasta hoy actúa en Escena Servida, como parte de la 11 temporada de Microteatro Venezuela.

 

Fuente: Estampas 

Por: ALEJANDRO CELEDÓN MENDOZA